¿Te sientes con suerte hoy?
¿Qué tanto nos influye la suerte en nuestro éxito? ¿Podemos pensar la fórmula del éxito como código? ¡David nos invita a reflexionar!
Parte 1: El propósito nos define
Hace ya unos años, en el 2003, un señor de traje oscuro, con anteojos negros muy modernos junto con otro señor de sotana, también de anteojos negros muy modernos, aún hoy, sostenían con mucha amabilidad el siguiente diálogo:
“… No existen motivos para huir ni hay razones para negar el objetivo porque ambos sabemos que sin un propósito... No existiríamos.
El propósito nos motiva, nos guía, nos mueve.
Es el propósito lo que nos define.
El propósito nos mantiene unidos.”
Algunos ya saben a qué película me refiero. No hacen falta aclaraciones. Me interesó, a fines pragmáticos de este post, su relación con la motivación.
Parte 2: La motivación como motor de nuestras aspiraciones
De Simon Sinek (https://www.youtube.com/watch?v=4oN5JShOs2I):
“... Trabajar en algo que no nos interesa se llama estrés, trabajar en algo que amamos, se llama pasión”
También podríamos decir que trabajar en algo que nos motiva, que de alguna manera ayuda a encontrar nuestro propósito, nos hace pensar en la tarea ya no como un trabajo en sí, sino como un medio para lograr un fin.
Entonces le damos valor y no nos importa el esfuerzo invertido para lograr la tarea. No importan los fracasos porque la motivación es muy alta, porque el propósito está tan definido, que no abandonaremos hasta lograrlo.
La medida de la importancia del propósito se la damos nosotros y solamente nosotros le damos valor a lo obtenido y/o la meta:
- Correr 10 km sin parar.
- Terminar una carrera universitaria.
- Realizar un feature muy complejo con un código de alta calidad.
- Comprender un Framework.
- Lograr empatía con personas que nos resultan más complejas para nuestros modelos mentales.
- (Te invito, como seguro lo estás pensando ahora, a sumar aquí un propósito que estés dispuesto a lograr!)
Parte 3: El esfuerzo por sobre la suerte y las capacidades intelectuales
Hace unos días hablaba con mi hija Catalina sobre la importancia de que, más allá de la inteligencia que posea una persona, lo que realmente la va a llevar lejos, a cumplir sus objetivos, es el esfuerzo que invierta al respecto.
Confiar en la suerte como un factor decisivo para el éxito es algo que debemos descartar, aunque no subvalorar. (Siempre uno necesita ese “poquito” de buena fortuna que nos ayude cuando ya dimos todo y necesitamos ese último empujón).
Pero ojos que no ven, corazón que no siente:
¿Cómo poder demostrar empíricamente este principio?
La curiosidad me llevo a desarrollar este pequeño script (https://www.mycompiler.io/view/CWKV6nO**) donde traté de describir que, en una carrera, a lo largo de un año, ante igualdad de condiciones ( muy importante esta premisa ) y aún con factores de suerte muy importantes, siempre quien se esfuerza llegará lejos, o, al menos, estará en la medida de su alcance, más conforme con los resultados.
Les invito a jugar y a sacar sus conclusiones.
* Gran Disclaimer 1: Los valores y ponderaciones son sumamente subjetivos. Siéntanse libres de forkear el proyecto y jugar con los valores y con sus propias percepciones sobre ellos.
* Gran Disclaimer 2: Una ponderación, que no se agregó, está compuesta por los factores decididamente “negativos”, que, en una carrera como en este caso, si no nos hacen avanzar, a veces nos hacen retroceder y son los que aparecen muchas veces en nuestras vidas.
Te invito a modificar el código para que agregues algún factor que juegue ese papel.
Parte 4: La motivación para el esfuerzo
Esta charla con Catalina se trasladó a una charla de padres en donde conversamos sobre el esfuerzo en relación a la motivación. Finalmente llegamos a la conclusión de que el empeño es proporcional a la motivación. matemáticamente hablando:
Esfuerzo = K. motivación
¿ Qué es lo que compone ese “factor K” que afecta a la motivación, para que pongamos nuestro esfuerzo ?
Transcribo uno de los comentarios que me impactó:
“... lo más importante es la motivación... Que viene dada principalmente (pero no exclusivamente) por el propósito (darle un sentido más allá de la tarea), la autonomía y la búsqueda de la maestría.
El esfuerzo emerge o se genera en la medida en que la persona conecta por sus medios de alguna manera estos tres elementos con la tarea.” Entonces, mi cabeza me llevó a esto, ordenando los parámetros por relevancia:
K = f(propósito, autonomía, maestría, otros)
La motivación, sin duda, surge a consecuencia de cuánto nos importa el propósito de lo que estamos haciendo, la independencia para llevarlo adelante o, también, de la mejora de nuestra capacidad para hacerlo.
La maestría me ha dejado pensando que puede que sea también un propósito en sí mismo. El camino hacia lograrla es tan importante como lograrla.
Final: Encontremos ese propósito que alimenta la motivación, para renovar esfuerzos.
En estas épocas de rutinas largas, de situaciones donde muchas veces no encontramos el sabor de los momentos, los invito a que busquemos un propósito, que nos llene y nos haga pensar qué es lo que vale la pena.
Los propósitos, creo, no deberían ser enormes, épicos, inconmensurables. Deben estar al alcance y, en lo posible, resultar eslabones de una cadena que derive hacia otros propósitos. Esto nos ayudará a encontrar la motivación para dar nuestro mejor esfuerzo, que, sin duda, es el camino para obtener nuestros pequeños logros humanos… esos que nos ayudan a ser más felices.